La vulnerabilidad y la fragilidad emocional

05.10.2023


La pobreza no incluye únicamente carencias materiales como la falta de alimento, agua y educación; también considera carencias emocionales como la falta de autoestima, seguridad y apoyo emocional.

La pobreza expone a las personas a numerosos factores de riesgo que comprometen su calidad de vida y funcionamiento psicológico. La experiencia nos demuestra que en las personas que experimentan pobreza extrema existe una mayor fragilidad emocional, menor desempeño intelectual y, en los niños, un peor desarrollo académico por lo que hay favorecer la proximidad con las personas.

Sabemos que las emociones positivas amortiguan, contrarrestan e incluso previenen el impacto de las diferentes clases de privación.

Las emociones positivas favorecen a una apreciación más saludable de las dificultades y a un afrontamiento más funcional de las mismas, incrementan aspectos cognitivos involucrados en la resolución de problemas y fomentan actitudes más tolerantes y persistentes ante las frustraciones.

Las emociones positivas ...

  • Nos hacen sentir seguros y expanden nuestras opciones, ideas y nuestra manera de reaccionar.
  • Aumentan nuestro repertorio cognitivo y comportamental.
  • Incrementan nuestra atención, mejoran nuestra memoria, nuestra fluidez verbal y nuestra apertura mental hacia nueva información.
  • Las emociones positivas tienen el poder de deshacer los efectos fisiológicos de las emociones negativas, por ejemplo disminuyen la ansiedad.
  • Son creadoras de recursos personales y sociales.
  • Son congruentes con nuestros objetivos.