Como uno lo vé

24.02.2024

LAS COSAS NO SON COMO SON, SINO COMO UNO LAS VIVE. Cada uno vive aquello que necesita para aprender lo que precisa. Pero la misma experiencia sabemos que es recibida de maneras diferentes por distintas personas. Recuerdo la primera vez que expresé este pensamiento: estaba hablando con una amiga terapeuta en el Camino de Santiago. Probablemente haya una forma técnica de expresar esto mismo desde la psicología, yo solo escribo sobre lo que he vivido en primera persona, no sobre lo que he leído o escuchado. Por tanto, continúo expresándolo en mi lenguaje. No importa si aparentemente las cosas son de una manera o de otra; al final, lo que importa es cómo cada uno de nosotros percibe su propia realidad. 

Es la misma sabiduría que se expresa detrás del refrán «cada uno cuenta la feria según le va en ella». Es tan sumamente importante la propia percepción que tenemos de nuestra realidad que es capaz de modificar nuestra genética. Mejor dicho, es capaz de hacer que determinados genes se expresen y otros no. Esto es lo que estudia la epigenética: cómo la percepción que tenemos de nuestro entorno y nuestras vivencias nos lleva a expresar determinados genes y no otros. Así es de importante la realidad subjetiva que todos percibimos

Pondré un caso bastante clásico y sencillo. Mi amigo Emilio pierde su empleo. Para el es una catástrofe. Sin embargo, los demás nos damos cuenta de que es lo mejor que le podía pasar, porque estaba atrapado en un trabajo que no le gustaba, en el que no la valoraban como se merecía y por el que no le pagaban lo suficiente. Aquí vemos claramente cómo no importa de qué modo vean los demás las cosas; yo las veo de una  determinada manera, y eso va a condicionarme. Puede ocurrir al contrario, que yo vea como una oportunidad algo que los demás consideran un desastre. ¡Ojalá!