Escuchar por educación

14.03.2024

Mi padre es de esas personas que piensan que se deben tener hijos para en el proceso de su crecimiento enseñarles lo que uno sabe.

Mi hermana dice que es por el simple hecho de darles tu amor y mi madre siempre desea hablar pero siempre saca sus propias conclusiones. Yo me quedo con la teoría de Platón el cual desarrolla en una de sus teóricas que la filosofía de tener hijos permite ver el más halla, observando el infinito a través de tus descendientes.

Me es imposible olvidar el día que estuve a punto de perder el conocimiento después de escuchar a mi padre, sin apenas pestañear, durante cerca de una hora sin apenas descanso, tampoco parece tanto, debía ser la falta de costumbre que tengo.

Una de mis frases preferida que se me ocurrió durante todos los fines de semana que pasaba con mis amigos en Madrid era que en la ciudad habían mas personas que necesitaban ser escuchadas que personas que necesitarán iniciar conversaciones.

Incluso yo me he evadido de un gran estrés mientras me dejaba seducir por el desahogo que supone encontrar una persona que tuviera la suficiente empatía como para percibir que me hacia falta que alguien me dedicara tiempo para escucharme.

Quizás ayuda el hecho de que nos sintamos identificados entre ambos y que haya contacto visual no forzoso, simplemente quizás porque nos agrada fijar los ojos durante un cruce de miradas, yo lo interpreto como un gesto de educación, otra cosa es que también mantengamos una conversación.

También considero que cuanto más nos comunicamos aumenta el vínculo que consideró necesario saber gestionar emocionalmente sino queremos vernos presos a la adición por hablar o atrapados por una mirada hipnotizadora.

Por ejemplo, un comercial el cual se dedique a ganarse la vida gracias a su talento por saber comunicarse usando las palabras adecuadas dando paso a un diálogo cordial que por error se les tacha de pesados y se clasifican de charlatanes de feria.

Lo curioso es ver cómo con esta forma de ganarse la vida predican con el ejemplo para la sociedad, consiguiendo alcanzar un reconocido prestigio al haber encontrado su vocación.

Me fascina entrar en sus conversaciones sobre todo si sus intenciones son buenas aunque al final siempre te intenten hacer el lío, ellos son los expertos.

Aunque no sea un profesional para rebatir sus convicciones argumentos, me demuestran ser agradecidos brindándome una comunicación asertiva como queriendo dar las gracias por permitirles desarrollar su talento.

La conclusión es tremendamente amena al entrar de lleno en el hilo de un tema donde no cesan los feedbacks durante la conversación que desarrollan dos o más personas que tienen la simple intención de pasar un rato agradable dialogando entre ellos de forma coloquial.