Patria
Si profundizamos un poco en este tema, que para muchos individuos de mente cerrada es un tema «sagrado», a pesar de la solemnidad y de la sacralidad de que se lo ha querido investir, es algo completamente artificial y fruto, en muchísimas ocasiones, de meras ambiciones de caudillos del pasado, o de puros accidentes geográficos, o sencillamente de la suerte.
Un niño orensano, por ejemplo, imbuido por lo que oye en el hogar, y adoctrinado en la escuela con las enseñanzas tradicionales, automáticamente deberá extender su amor unos 500 kilómetros hacia el Este, es decir a todos los habitantes de España que viven en esa dirección; 150 kms. al Norte y 100 al Oeste, porque allí se acaba la patria y comienza el mar; y tendrá que tener cuidado en ser muy parco en su amor hacia el Sur, porque en esa dirección están enseguida los portugueses; ¡y éstos son extranjeros!; más bien -según los patrióticos manuales de la escuela- fueron unos traidores e ingratos, pues se separaron del regazo de España.
¡Y resulta que los portugueses del Norte, son mucho más próximos racialmente, históricamente y hasta lingüísticamente a los orensanos, que los valencianos o los catalanes, hasta los que el niño tiene que extender su amor! Las líneas fronterizas de las naciones, que vemos en los mapas, no son más que la absurda caligrafía de la historia.