La memoria en el sueño

30.11.2023
Ya se sabía que el sueño no equivalía a una parada de actividad. Cuando nos vamos a dormir, el cerebro sigue trabajando sin que, hasta ahora, supiéramos muy bien en qué. Controlamos el sueño desde una región cerebral que está íntimamente ligada a la memoria y al aprendizaje.


Durante parte de la noche producimos una actividad eléctrica de baja frecuencia llamada sueño de ondas lentas, y cuando se nos despierta abruptamente estamos, como atontadas. Además, los estados de sueño y vigilia están modulados por sustancias que también intervienen en el sueño de los mamíferos. De ahí la importancia concedida al hallazgo.

Aprovechamos el sueño para aprender lo que hemos memorizado durante el día. Se ha quintuplicado el ritmo de publicaciones sobre la dependencia del sueño que tienen el aprendizaje y los procesos de consolidación de la memoria. Numerosos estudios a escala molecular, celular, fisiológica y de comportamiento hallan pruebas a favor de esta dependencia. 

Los sueños son el pasto natural de la capacidad de aprendizaje. Aprendemos soñando. El sueño es un proceso regulado activamente, no simplemente el resultado pasivo de la disminución del estado de alerta, y debe considerarse una reordenación de la actividad neuronal en lugar de una parada de actividad. 

Tal vez sea cierto que las razones últimas de nuestra conducta las esboza el inconsciente, al que nadie puede pedir explicaciones precisas de su comportamiento.