Creaciones

02.07.2024
Hay que comparar e! amor a la creación de una obra de arte. [...] También esto exige imaginación, una concentración total, la combinación de todos los aspectos de la personalidad humana, sacrificio por parte del artista y libertad absoluta.


Pero, por encima de todo, como en la creación artística, el amor exige acción, es decir, actividad y comportamiento no rutinarios, además de la atención constante a la naturaleza intrínseca de la pareja, el esfuerzo por comprender la individualidad del otro u otra, y respeto. Y por último, aunque no menos importante, necesita tolerancia, la conciencia de que uno no debe imponer su punto de vista o sus ideales a su pareja ni impedirle el camino hacia la felicidad.

El amar, en definitiva, se abstiene de prometer un camino fácil a la felicidad y el significado. La «relación pura» inspirada para las prácticas del consumismo promete este tipo de vida fácil; pero de la misma manera convierte a la felicidad y el significado en rehenes del destino.

Para resumir: el amor no es algo que pueda encontrarse; no es un objeto trouvé o un ready-made. Es algo que siempre necesita hacerse de nuevo y rehacerse día a día, hora a hora; resucitarlo constantemente, reafirmarlo, atenderlo y preocuparse por él. 

En línea con la creciente fragilidad de los vinculas humanos, la impopularidad de los compromisos a largo plazo, la división entre «derechos» y «obligaciones» y la elusión de cualquier obligación que no sea «consigo mismo» (<<me debo esto», «me merezco esto otro», etc.), se tiende a considerar el amor perfecto desde el principio, o un fracaso: mejor abandonarlo y sustituirlo por un espécimen «nuevo y mejorado» que podamos confiar que sea verdaderamente perfecto.

No se espera que este amor sobreviva a la primera riña menor, ya no digamos al primer desacuerdo y confrontación graves. La felicidad, no es un ideal de la razón sino de la imaginación.

En cuanto te preguntas si eres feliz, dejas de serlo ...