Diseña la vida que amas

12.05.2024

A veces no es que estés tan lejos de una vida vivida con plenitud. A veces lo que sucede es que necesitas reenfocar algunos pequeños detalles, darle valor a cosas que parecía que no lo tenían o simplemente mirar las cosas desde un lugar distinto. Deseo que estas 9 claves te coloquen mas cerca de la vida que deseas vivir.

  • Usar bien el tiempo: Suele decirse que lo urgente no deja tiempo para lo importante. Es muy cierto. Y muy peligroso también. Si nos tapamos de compromisos, pronto nuestra vida se asimilará a la de un experto en explosivos, corriendo siempre para desactivar una bomba tras otra. Si queremos hacer las cosas que nos gustan, el primer paso es tener tiempo para ellas. Para eso es necesario hacerlo deliberadamente, anotarlo en nuestras agendas y darle a estas actividades al menos el mismo estatuto que a nuestras obligaciones. No dejarlas para "cuando sobre algo de tiempo".

  • Aprender cosas nuevas: Un profesor mío solía decir que, cuando un terapeuta se aburría con un paciente, era hora de ponerse a estudiar: "Si te aburres es porque ves siempre lo mismo, y si ves siempre lo mismo es porque sabes poco". Creo que este diagnóstico puede aplicarse muy bien a la vida en general. Aprender es un modo de que el mundo se enriquezca. Cuanto más sabes, cuanto más conoces, más detalles y matices puedes apreciar. La vida se vuelve entonces cada vez más interesante. El mundo en el que vivimos nos brinda la tarea de aprender con facilidades en otro tiempo inimaginables. Lo tienes a tu alcance.

  • Cuidar nuestro cuerpo: Gozar de buena salud es indispensable si queremos llevar una vida satisfactoria y rica. Desde llevar una dieta saludable hasta hacer ejercicio con frecuencia, pasando por algunos otros pequeños hábitos, el cuidado del cuerpo es fundamental. Tanto porque cuando perdemos la salud no podemos hacer otra cosa que ocuparnos de ello como porque, cuando estamos saludables, nuestro campo de acción se amplía considerablemente. No cuidar nuestro cuerpo va, insidiosamente y en ocasiones sin que nos demos demasiada cuenta, restringiendo nuestras posibilidades.
  • Abandonar todas las quejas: La queja es uno de los peores enemigos de la vida plena, dice a un tiempo "esto no me gusta" y "no hay nada que hacer al respecto". Está claro que es una receta para pasarlo mal. Así que hay que esforzarse (un esfuerzo enorme, la verdad sea dicha) para abandonar la queja, salirnos de ella rebatiendo cualquiera de los dos postulados que dije que la componen. Puedo cambiar el primero aceptando lo que es en lugar de rechazarlo o puedo cambiar el segundo focalizando en lo que sí puedo hacer y encarando esas acciones concretas.
  • Estar bien ocupado: Una de las cosas que he comprobado una y otra vez en mi consulta es que la inactividad es profundamente deletérea. A menudo, he escuchado a personas decir: ";Estoy agotado! Pero no sé de qué, si no estoy haciendo nada." "Tustamente de eso" suelo responder. Hacer nada es agotador. Cuando, por alguna razón, lo que queremos hacer está impedido (como, por ejem-plo, tener un empleo) es importante no quedarse a la espera de ello sino buscar algún modo de trabajar para mejorar las oportunidades para que suceda (como podría ser formarse en algún área) o desempeñar otra tarea mientras tanto (como podría ser pintar la casa).
  • Buscar nuestro círculo: Según los estudios más serios que se han realizado acerca del tema de la felicidad, una de las características que diferencia a las personas que se identifican como felices respecto de las que dicen no serlo es un círculo social rico. Por eso es importante poner énfasis en rodearse de aquellos con los que se puede compartir. En la práctica, para aquellos que no gozan ya de este círculo y que deben armarlo, el modo de hacerlo suele ser misterioso. Los espacios grupales pueden ser una buena forma de iniciar lazos con otros que comparten al menos un punto de interés con nosotros.
  • Confiar en el camino: Parecería que vivir la vida que nos gusta equivaliese a saltar de un placer a otro sin pensar en el después. No creo que ese enfoque funcione, al menos no por mucho tiempo. Si siempre elegimos las satisfacciones inmediatas, la mayoría de las veces nos quedaremos con satisfacciones efímeras y de poca monta. Es el caso de las adicciones -a las sustancias olas actividades-: dan un placer instantáneo (o casi) pero efímero y banal. Aprender a postergar la satisfacción y enfocarse en la construcción del camino permite llegar a mayores gratificaciones y más duraderas.
  • Abrirnos a evaluar de nuevo: Un hallazgo habitual en la gran mayoría de las investigaciones que se han hecho sobre la felicidades que no somos tan buenos como creemos a la hora de predecir qué nos hará felices y qué no. Nos llenamos de ansiedad y temor frente a la perspectiva de ciertas situaciones frente a las cuales luego resulta que nos adaptamos bastante bien y, asimismo, trabajamos y nos esforzamos por cuestiones que, una vez alcanzadas, no nos brindan mayores satisfacciones. Por eso, necesitamos estar siempre dispuestos a revaluar nuestras creencias respecto de lo que nos gusta o no, o de lo que nos hace realmente más felices ono: descubrir y sorprendernos con ello.
  • Buscar un nuevo flow: El flow (fluir) se refiere a aquellas actividades que nos apasionan y, cuando nos sumergimos, perdemos la noción del tiempo: podemos pasar horas ensimismados y olvidamos el mundo que nos rodea. Pero cuidado con la idea de que se trata de encontrar nuestra "pasión", como si hubiera una sola y fuera algo que está escondido vaya a saber en que recóndito rincón de nuestro ser. Eso hace que si no se encuentra la pasión, nos sintamos desamparados. Por el contrario, el flow se centra alrededor de una actividad, puede alimentarse en la medida en que uno se dedica más a ello.