Si hablo es por Dinero

El título del libro es una metáfora la cuál debería ser interpretada por el lector de la siguiente manera; como podríamos perder dinero si nos mantenemos en silencio en determinadas situaciones.

Sería cierto si afirmamos que rebatir una conversación puede servirnos como una poderosa arma cuando competimos al comunicarnos. Tenga en cuenta que la información es lo más valioso que tenemos, así que el silencio puede ser el golpe definitivo que propiciar a nuestro posible adversario futuro amigo.

A la mayoría de nosotros para vivir, en vez sobrevivir nos hace falta incrementar ceros en nuestras cuentas bancarias. No es una idea tan disparatada entonces el que hayamos desarrollado tantos métodos para obtener beneficios económicos, uno muy común es el que toco, la comunicación.

Me basaré en todas sus formas de expresión que sepa, dirigiéndome, como no podía ser de otra manera, a cualquiera que esté dispuesto a recibir e interpretar el mensaje, aunque solo sea por educación.

Nosotros mismos debemos ser libres a la hora de tomar conciencia cuando apuntamos todas nuestras ideas con un bolígrafo en la agenda, con la sintaxis adecuada y creer fehacientemente en nuestras posibilidades.

Todo parte de la necesidad innata de los seres humanas por comunicarnos. Cuando entendamos la dimensiones con las que repercuten nuestras acciones cotidiana, seremos conscientes de nuestro poder. Es entonces cuando habremos ganado la batalla a nuestro imparable sistema que avanza sin su consentimiento y que parece que nos quiere obligar, hoy más que nunca, a usar las telecomunicaciones.

Fue mi padre con su hermano los que dieran el gran salto al crear un negocio de máquinas registradoras en Gran Canaria, así que me vi decidido a elegir la rama de electrónica en comunicaciones. Antes de terminar mis estudios y después de que durante muchos años el negocio florecía, llego el momento de cerrar, ¿mala suerte?.

Por mi parte, tras varios años en diferentes empresas del sector llegué, tras varias decisiones algo arriesgadas, a especializarme en una tecnología que marcaría la tendencia del futuro. Era atractiva la idea de trabajar en un laboratorio de telefonía móvil como técnico especialista, así que con ilusión y muchos contratiempos acumulé 6 años en la que era, por aquel entonces, la mayor firma internacional del momento.

Durante el proceso vivi la experiencia profesional que más me ha marcado en la vida, la invasora entrada de los smartphones en nuestra sociedad, un aparato que ha revolucionado la manera de comunicarnos y que vuelve preso con sus encantas a todo aquel que se deja dominar por sus pensamientos dependientes.

Mi deseos de volver a la isla iban en aumento y dejé definitivamente la difícil experiencia en la que me había embarcado. La vuelta a Gran Canaria fue un cambio radical, tanto para buscar trabajo de lo mío como para estabilizarme emocionalmente, eso sí, ya estaba en mi destino final.

es una metáfora la cuál debería ser interpretada por el lector de la siguiente manera; como podríamos perder dinero si nos mantenemos en silencio en determinadas situaciones.

Sería cierto si afirmamos que rebatir una conversación puede servirnos como una poderosa arma cuando competimos al comunicarnos. Tenga en cuenta que la información es lo más valioso que tenemos, así que el silencio puede ser el golpe definitivo que propiciar a nuestro posible adversario futuro amigo.

A la mayoría de nosotros para vivir, en vez sobrevivir nos hace falta incrementar ceros en nuestras cuentas bancarias. No es una idea tan disparatada entonces el que hayamos desarrollado tantos métodos para obtener beneficios económicos, uno muy común es el que toco, la comunicación.

Me basaré en todas sus formas de expresión que sepa, dirigiéndome, como no podía ser de otra manera, a cualquiera que esté dispuesto a recibir e interpretar el mensaje, aunque solo sea por educación.

Nosotros mismos debemos ser libres a la hora de tomar conciencia cuando apuntamos todas nuestras ideas con un bolígrafo en la agenda, con la sintaxis adecuada y creer fehacientemente en nuestras posibilidades.

Todo parte de la necesidad innata de los seres humanas por comunicarnos. Cuando entendamos la dimensiones con las que repercuten nuestras acciones cotidiana, seremos conscientes de nuestro poder. Es entonces cuando habremos ganado la batalla a nuestro imparable sistema que avanza sin su consentimiento y que parece que nos quiere obligar, hoy más que nunca, a usar las telecomunicaciones.

Fue mi padre con su hermano los que dieran el gran salto al crear un negocio de máquinas registradoras en Gran Canaria, así que me vi decidido a elegir la rama de electrónica en comunicaciones. Antes de terminar mis estudios y después de que durante muchos años el negocio florecía, llego el momento de cerrar, ¿mala suerte?.

Por mi parte, tras varios años en diferentes empresas del sector llegué, tras varias decisiones algo arriesgadas, a especializarme en una tecnología que marcaría la tendencia del futuro. Era atractiva la idea de trabajar en un laboratorio de telefonía móvil como técnico especialista, así que con ilusión y muchos contratiempos acumulé 6 años en la que era, por aquel entonces, la mayor firma internacional del momento.

Durante el proceso vivi la experiencia profesional que más me ha marcado en la vida, la invasora entrada de los smartphones en nuestra sociedad, un aparato que ha revolucionado la manera de comunicarnos y que vuelve preso con sus encantas a todo aquel que se deja dominar por sus pensamientos dependientes.

Mi deseos de volver a la isla iban en aumento y dejé definitivamente la difícil experiencia en la que me había embarcado. La vuelta a Gran Canaria fue un cambio radical, tanto para buscar trabajo de lo mío como para estabilizarme emocionalmente, eso sí, ya estaba en mi destino final.

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